Nadima Vela Gómez
Psicóloga
Bogotá
SUPERVIVENCIA Y AVIACIÓN
“Los hombres deben saber que el cerebro es el responsable exclusivo de las alegrías, placeres, risa y diversión, y la pena, desaliento y las lamentaciones. Y gracias al cerebro, de manera especial, adquirimos sabiduría y conocimientos, y vemos, oímos y sabemos lo que es repugnante y lo que es bello, lo que es malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es insípido… Y gracias a este órgano nos volvemos locos y deliramos, y los miedos y terrores nos asaltan… Debemos soportar todo esto cuando el cerebro no está sano…Y en este sentido soy de la opinión de que la víscera ejerce en el ser humano el mayor poder” Hipócrates (s.IV aC) Sobre las enfermedades sagradas. Recuperado dehttps://www.cognifit.com/es/cerebro, marzo 14 del 2019.
Algunos dicen que es necesario tener una predisposición al riesgo para ejercer aquellas actividades que tienen que ver con la aviación. Otros dicen que es necesario perder algo de cordura para querer trabajar en un avión, para mí, ambas posiciones tienen algo de cierto.
La aviación es un mundo que encanta, que atrapa y se vuelve casi como un vicio, lograr descifrar como las leyes de la física son desafiadas desde el diseño de una aeronave y luego ver como puede ser posible iniciar la noche en América y despertar en Europa, tiende a ser magia, y escudriñar entre toda la logística que es lograr que un vuelo despegué y salga de forma segura, eficiente, lo que incluye todas las labores propias de aeropuerto y control aéreo, es mucho más deslumbrante.
Los entrenamientos en aviación, principalmente para pilotos, pretenden generar huellas de memoria, a parir de ejecutar maniobras en un simulador, que les permitan a los estudiantes utilizar todos estos recursos cuando sea necesario, dependiendo de la emergencia o la situación que deben sortear. de ahí que el instinto de supervivencia empiece a jugar un papel importante en todos los campos de la aviación.
Como hemos aprendido e cerebro reptiiando, situado en lo profundo del cerebro, conocido además como la parte más antigua de nuestro cerebro, es el encargado de ejecutar todas las funciones que tienen que ver con la supervivencia. Se encarga además de todo lo relacionado con la acción concreta, le interesa sobrevivir y estar a salvo, percibir realidades coherentes con el fin de construir un escenario que le permita al ser humano tener tranquilidad y seguridad. Muchos lo nombran como el guardián de la vida, permite, además, una rápida adaptación a través de respuestas que hemos entrenado y se vuelven elementales, sin embargo, sus limitaciones están en el miedo que puede paralizar cualquier proceso de toma de decisiones. Esta parálisis puede ocasionar cometer grandes errores.
Podemos inferir, entonces, que el cerebro reptiliano aporta información necesaria y vital para que, a partir de la necesidad de sobrevivir, los pilotos, tripulantes de cabina, controladores, puedan tomar realizar procesos de toma de decisiones, desarrollar procedimientos, entre otros pensando siempre en mantenerse a salvo, a esto debemos sumar que este instinto se desarrolla no solo para nuestra propia supervivencia, sino también para la supervivencia de alguien mas.
Ahora bien, el cerebro y cada una de sus partes funciona como un todo, cada parte tiene funciones interconectadas y dependientes, por ejemplo, si el tálamo, no trasmite de manera adecuada las señales percibidas por los sentidos, otras partes del mismo no podrán procesarlas de manera adecuada, y la información sobre la cual se deben realizar acciones o el control motor, será erróneo. Así también, la protuberancia anular, implicada en funciones como el control de las respuestas automáticas del cuerpo, estados de alerta, conciencia y regulación del sueño, cumple un papel vital en todas las actividades de vuelo.
Las profesiones aeronáuticas, requieren entonces, por su complejidad, entorno y contexto, cerebros entrenados, ágiles, dispuestos a adaptarse fácilmente y a generar estrategias de afrontamiento encaminadas siempre a propender por el cuidado del otro.